Fernando

Cuando cierro los ojos y pienso en el pasado siempre sonrío.

Recuerdo a un niño en su habitación jugando y creando un mundo en el que era normal amar a sus padres, a una amiga o incluso a otro hombre, pero de repente todo cambio, ese niño creció y fue consciente.

Era irónico creer que el resto de las personas me respetarían cuando yo no era capaz de hacerlo, sin embargo, todos tenemos un tiempo y proceso diferente.

No veo mi vida de otra manera, hoy soy feliz por estar haciendo lo que más me gusta, riendo, llorando, disfrutando y sobre todo, aprendiendo a vivir de una forma más sincera rodeado de las personas que amo.

Jimena

Crecí rodeada de una sociedad donde nunca se me enseñó que podía existir un modo diferente de vivir.

Por eso quizás mi vida siempre fue la de una mujer “normal”; casada con un hijo y con una aparente vida “estable”.

Pero muy en el fondo sentía que algo faltaba, sabía que había un vacío. Hasta que un día entendí que solo se iba a quitar cuando fuese realmente honesta conmigo y enfrentara mis más grandes miedos, mis prejuicios y todo aquello que alguna vez pensé que era mi culpa.

Por eso y aunque me costó demasiado aceptarlo, decidí empezar una nueva vida, una en donde mi prioridad fuese lo que sentía, sin dejar de lado a todas las personas que me motivan a diario.

Y aunque no fue nada fácil, hoy debo reconocer que el amor y el respeto son lo más importante que tenemos como personas y son los pilares más fuertes que tenemos para aceptar que seas como seas o hagas lo que hagas, siempre debes ser fiel a tus ideales y a lo que sientes.

Astrid

Inquieta y obstinada desde niña: si quiero algo, lo busco y trabajo hasta conseguirlo. Esta actitud me ha llevado a convertirme en un pilar de mi familia.

El deporte ha sido una llave para abrir muchas puertas, pero también me ha mostrado lados oscuros: muchas personas en este ámbito no salen del clóset por miedo.

Sí, estuve casada con un hombre, pero mi percepción con el tiempo cambió. Algo que aprendí en este proceso fue que entre más natural te expreses, las personas estarán más dispuestas a escucharte.

Decidí entonces ser un alma libre. Comprendí que las personas le ponemos etiquetas a las cosas para comprenderlas en un principio (pero vale la pena quitárselas) y que en este tipo de decisiones no existe lo correcto o lo incorrecto.

Vivimos tiempos donde las personas somos más libres de amar, así sin etiquetas, ¿para qué ponérselas?

Andonni

Mucho depende de cómo te definas a ti mismo: soy vestida o drag queen (como quieras llamarme). Tengo claro que no soy ni quiero ser trans ni busco definir si soy “él” o “ella”. Simplemente soy: creo totalmente en que la actitud dice más que cualquier palabra.

Y es ahí donde veo un error de nuestra comunidad, donde a veces algunos buscan ser más que otros, cuando lo que debemos promover es la unión. Paradójicamente, a veces, dentro de la misma comunidad puede notarse más la discriminación.

Mi motivo de orgullo es lo que hago todos los días como modelo y en mis shows: mi hábitat natural son los escenarios. Me enorgullece también que el próximo año representaré a México en el mundial de transformistas.

Pienso que mi trabajo cumple una función no sólo de entretenimiento sino que le da visibilidad al talento y a la comunidad drag en general. Me gusta pensar que ayudo a crear un mundo en el que cada vez sea más fácil aceptar que hay gente distinta a ti.